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¿QUEREMOS ACOGER…? NO: ¡ACOJAMOS!

¿QUEREMOS ACOGER…? NO: ¡ACOJAMOS!

Están aquí entre nosotros. No es necesario esperar a que el estado cumpla los cupos de acogida de refugiados a que se comprometió. La realidad de los migrantes y refugiados nos interpela desde el encierro del local anexo a la parroquia de Sta. María y desde las calles de Blanes. Ya no se trata de expresar nuestra solidaridad gritando que “queremos acoger”. Se trata de acoger. Las administraciones agilizando los trámites que les permitan una elemental estabilidad para salir adelante. La sociedad , con la solidaridad o la comprensión de cuantos defienden consecuentemente los derechos humanos para todos y en todas partes.

EL DESARRAIGO.– Escapan como pueden de la inseguridad, de la pobreza, de la falta de alternativas en sus países de origen. Descuajados de sus raíces, se arrojan a una aventura llena de incertidumbres y peligros, pero también de esperanzas.

EL VIAJE INFERNAL.– Durante meses, e incluso años viven realidades traumáticas difíciles de imaginar (travesías espantosas por el desierto y el mar, hambre, pérdida de amigos muertos en el trayecto, detenciones, humillaciones, agresiones y torturas de todo tipo en los países de tránsito…) Realidades que dejan una intensa huella tanto a nivel físico como psicológico.

EL SUEÑO EUROPEO ROTO.– Y cuando por fin los más afortunados, los que no han dejado sus vidas en el desierto o en el mar pisan la tierra idealizada, ven frustrada su ilusión por las barreras burocráticas, la indiferencia y el rechazo de los países europeos en los que habían pensado rehacer sus vidas.

EL ENCIERRO.– Y algunos recurren al encierro como herramienta para reivindicar una salida digna y humana a su situación de vulnerabilidad administrativa, social, sanitaria y de subsistencia.

LA ESPERA.– Ya llevan más de dos meses de encierro en Blanes, en condiciones, como es imaginable, precarias. Dos meses en los que subsisten y superan las dificultades de una convivencia siempre difícil, a caballo entre la frustración de las ilusiones rotas y la esperanza, por pequeña que sea, de una salida digna a su situación.

LAS DEMANDAS.– Sólo piden poder empadronarse, obtener una tarjeta sanitaria y un lugar donde poder dormir: una oportunidad para poder trabajar y vivir.

LAS VIVENCIAS.– Algunos, superando la angustia del recuerdo, explican sus vivencias antes de llegar a Blanes. Otros no se atreven.

Algunos ejemplos:

Nigeria, Libia, Italia … Un año de prisión en Libia: cicatrices y cortes de golpes y torturas por no disponer de dinero. Cuando consigue salir de la cárcel y llegar a Italia ve cómo se le niega atención médica y asilo. Gambia,

Senegal, Burquina , Libia, Italia … Prisionero en Libia. Lo llevan a una casa de un funcionario donde le dicen que va a trabajar para juntar dinero y poder marchar a Italia. Un engaño. Durante tres meses sufre abusos, enfermedades y torturas. Cuando le dejan marchar y consigue llegar a Italia, trabaja en el campo para poder viajar a

España. Gambia, Senegal, Libia, Italia… Trabajaba como ganadero. A la muerte de su padre padece situaciones de robo de ganado y agresiones, golpes y cortes. Decide marchar y cae prisionero en Libia. Logra huir en medio de una revuelta. En la travesía por mar se pierde el cayuco y pasan cuatro días a la deriva sin comida ni agua. Una vez rescatado, en Italia le deniegan el asilo.

 

xarxa de solidaritat amb les persones migrants i refugiades, de Blanes